Fiesta de la vendimia en Casa Madero, Valle de Parras
Desde hace ya varios años es una tradición, que va en aumento, realizar el día 10 de agosto (dedicado, en el santoral cristiano, a San Lorenzo) la Fiesta de la Vendimia, que organiza con todo tino Casa Madero, la bodega vitivinícola más antigua del continente americano. Esta festividad es una interesante manifestación del sincretismo existente entre la mitología griega y el cristianismo, con una buena influencia de las creencias propias de los descendientes, ya bastante occidentalizados en su sentir, de aquellos primeros pobladores de estas tierras. La fiesta comienza al caer la tarde del día anterior, cuando se congrega un crecido número de habitantes de Parras (la población flotante se incrementa notoriamente en estos días, con todos los visitantes de poblaciones aledañas, quienes no quieren perderse este festejo, que se prolonga hasta el día siguiente) en la plaza principal de la Hacienda San Lorenzo, para admiran las evoluciones dancísticas de los Matlachines, que se prolongan por varias horas.
A este respecto quiero transcribir un párrafo de la Enciclopedia de México, que a la letra dice: “Los matlachines visten camisas de color, túnicas largas, adornadas con franjas de flecos de carrizo. Llevan tocados con penachos de plumas de gallina pintados con los tres colores nacionales, y velan parte del rostro con otros flecos, éstos de chaquira. Calzan huaraches con suela de madera, para que los golpes de sus pies se oigan más fuertes y rítmicos. En una mano empuñan la maraca y en la otra un arquito de madera con el cual simulan disparar”.
Cinco o seis grupos de matlachines danzan rítmicamente en ese espacio, y al ser completa la oscuridad ascienden un pequeño cerro, coronado por una ermita, y desde allí bajan, quizá unas doscientas personas, portando una antorcha, lo que produce la impresión de ser un gusano luminoso, al ir descendiendo la cuesta. Al llegar, nuevamente, a esa plaza continúan danzando, acompañado el baile con la música de los tambores que otros del grupo percuten. Entre tanto, brillan las luces de varios “castillos”, que dejan escapar al firmamento las bengalas polícromas de esos fuegos artificiales.
Al día siguiente, la Fiesta de la Vendimia continúa con la celebración de la misa. El párroco de la localidad, tras de haber oficiado esa ceremonia religiosa, sale al exterior de la iglesia, para recibir a la Reina de la Vendimia y a Baco, el dios helénico del vino, quienes llegan al frente de una nutrida procesión de matlachines y charros. Allí el sacerdote da lectura al Salmo 104, el cual hace alusión al vino, “que alegra el corazón del hombre”. En seguida, bendice los racimos de uvas vendimiados días antes, y luego dos o tres jóvenes proceden a “pisar” los racimos, para recordar el antiguo método que permitía extraer –hace milenios-- el jugo de las uvas, primer paso para obtener el mosto, que luego fermentaría y quedaría convertido en vino. Es este, en verdad, un espectáculo en extremo interesante y pintoresco, por la combinación, tan sui generis, de tres elementos: el mitológico, el cristiano y el folklórico. Ese momento, de gran colorido, impacta el ánimo de la multitud, que abarrota la plaza frontera a la “Casa Grande”, nombre de la mansión solariega de Casa Madero. Ya luego, un grupo de jovencitas, que recuerdan a las vendimiadoras (quienes cosechan los racimos de uvas del viñedo), arrojan docenas y docenas de estos racimos a la multitud allí reunida frente a la parroquia.
La fiesta, ya en el interior de la “Casa Grande” continúa con una comida ofrecida por José Milmo, el director general de esta bodega vitivinícola, a todo el personal, y sus familiares, que labora en la empresa Casa Madero. Todos los invitados disfrutan de esa hospitalidad, mientras que varios cantantes vernáculos interpretan melodías populares.
Por la noche, es costumbre establecida hace muchos años, que en el auditorio de Parras se lleve a cabo una audición del programa “Así es mi tierra”, creado hace ya muchos años, con gran éxito, por cierto, por Casa Madero. Varios cantantes del género folcklórico, acompañados por un marichi, hagan las delicias de los asistentes durante dos horas. Al concluir el espectáculo las luces pirotécnicas iluminan la noche estrellada de Parras, en otra brillante edición de las Fiestas de la Vendimia de Casa Madero, en la pintoresca población mexicana de Parras, Coahuila.
Fuente: www.enologicomexicano.com
9 comentarios
sergio javier garza glz -
mercedes -
tania -
visiten parras esta muy bonito
Caty -
Ivonne Garza Fox -
Jessica -
maria nieves m. garcia -
andrea rubio -
claudia -